Absurdo, Todo Absurdo

Llegué a la vida cristiana desde el desierto del ateísmo, desde donde muchas veces se puede ver de lejos y con claridad. Pero cuando uno pretende no creer en nada, naturalmente desconfía de todo. Uno es, por necesidad, un escéptico. Cuando Dios me convirtió, me dejó con una buena dosis de ese escepticismo. He encontrado entonces, en Eclesiastés, un libro que habla mi lenguaje. El autor dice todo sin vueltas, desgarrando la superficialidad de la vida para llegar a sus realidades blancas y negras. Justamente, por esa razón, no es un libro fácil... pero nos hace bien, cada tanto, enfrentarnos con un libro "difícil" como este. Tengo que confesar que el estudio tiene sus dificultades. Hay preguntas que no tienen una respuesta blanca o negra. Yo tampoco estoy seguro de cómo responder a todas. El propósito del estudio es hacerle al grupo pensar, investigar, y forjar la discusión. Si este estudio te ayuda a pensar en los temas "grandes" como la vida, la muerte, los valores y Dios, ha logrado su propósito.